Descubriendo LASCVTA: Las Huellas de Roma en Alcalá de los Gazules.
Con la ocupación romana de la Bética, se produce el proceso de romanización de todo el territorio. En el término de Alcalá de los Gazules, conocida por LASCVTA en época romana, se han hallado muchos vestigios de esta época.
Uno de ellos es el casi desaparecido puente romano sobre el río Barbate, que daría acceso al asentamiento sobre el cerro de la Coracha. La reciente aparición de cuatro grandes depósitos de agua en la calle Alonso el Sabio pone de manifiesto la existencia de un núcleo de relativa importancia, refrendada además por los depósitos de la fuente de la Salada, restos de calzada romana, cimentación romana bajo el torreón del castillo, aparición de monedas o un cipo funerario en la calle José Tizón.
El Puente Romano de Alcalá de los Gazules está situado sobre el río Barbate, junto al actual puente. Aquí existía un puente de tres arcos, cuyas pilas de hormigón se demolieron hace ya unos cuantos años para evitar un posible taponamiento del cauce en las avenidas; hoy solo se observa la pila de arranque en la orilla norte, con su fábrica de hormigón romano reparada con sillería de aspecto medieval. La antigüedad del puente se confirma por la técnica de construcción del que lo ha sustituido modernamente; este segundo puente emplea los mismos materiales y aparejos que se observan en la Parroquia de San Jorge y en el Ayuntamiento Viejo de Alcalá de los Gazules, obras del siglo XV y primera parte del XVI, de forma que el puente anterior debe ser el empleado en la época musulmana sobre la estructura romana.
Localizados en la ladera del cerro de la Coracha, en Alcalá de los Gazules, los Depósitos Romanos y Fuente de la Salada es un conjunto hídrico formado por dos depósitos abovedados que cierran en cubierta de medio cañón. Están construidos con sillares perfectamente escuadrados, que se fechan entre los siglos I a. de Cristo y II d. de Cristo. Se trata, al mismo tiempo, de depósitos, arcos de triunfo y basamento de un templo -dedicado a la divinidad del manantial, hoy desaparecido-.
En el corazón de Andalucía, los Depósitos Romanos de Alcalá de los Gazules se erigen como una ventana al pasado, ofreciendo una visión única de la vida y la ingeniería de la época del Imperio Romano. Construidos durante el auge del Imperio Romano, estos depósitos servían como infraestructura esencial para el almacenamiento y distribución de agua. Resalta por su impresionante arquitectura con dos depósitos, arcos de medio punto y bóvedas de cañón.
Formaban parte de una vasta red que sustentaba las necesidades de la población local y son un testimonio de la expansión y el legado romano en la Península Ibérica. Estos depósitos son un claro ejemplo de la avanzada ingeniería romana. Diseñados con precisión y construidos con materiales duraderos, han resistido el paso del tiempo. Su estructura y diseño reflejan no solo la funcionalidad, sino también el conocimiento y la habilidad de los constructores romanos.
La Fuente de la Salada, situada en la ladera del Cerro de la Coracha en Alcalá
de los Gazules, es un destacado bien cultural con raíces en la época romana
(siglos I-II) y continuamente en uso hasta la época contemporánea.
Construida en la antigüedad, esta fuente servía como un ninfeo, lugar de culto
a las ninfas y un punto de abastecimiento de agua. Este sitio combina elementos religiosos y prácticos,
funcionando no solo como una fuente de agua sino también como un espacio
de culto y un monumento a la ingeniería romana.
Por otra parte, hoy en día en el Yacimiento Romano de la Mesa del Esparragal, situado
junto a la carretera Alcalá de los Gazules – San José del Valle, se levanta una
torre visigoda construida con restos romanos similares a los que abundan por
toda la explanada. Se trata, en opinión generalizada, de un asentamiento de
origen libio-fenicio y romano, que se conoce por las monedas libio-fenicias
encontradas, acuñadas en fecha indeterminada, con iconografía púnica
(palmas, elefantes, espigas, Melkart...) y leyendas bilingües.
En un cortado
que hay debajo de la torre existe un manantial de agua continuo (incluso en
verano), aprovechado con dos pilones de piedra. Debió servir para el
suministro de la población desde los primeros tiempos de la ocupación del
cerro. Pudo ser determinante para que este cerro estuviera habitado durante
mucho tiempo habida cuenta de la necesidad de que el aprovisionamiento de
agua estuviera cercano, cosa no frecuente en sitios elevados.
Y para ir finalizando, el Bronce de LASCVTA, una placa de bronce provista de una anilla lateral que
mide escasamente 22,4 x 14,0 cms., y que contiene el resumen de un decreto
en latín. Esta joya arqueológica está considerada la inscripción romana
más antigua de España, datada en el año 189 a.C., y fue hallada hacia
1866 en Alcalá de los Gazules.
Actualmente se encuentra en el Museo del Louvre (París), aunque en el salón
de plenos del Ayuntamiento de Alcalá de los Gazules y en el Museo
Arqueológico de Jerez de la Frontera se exponen copias.
Transcripción: L(UCIUS) AIMILIUS L(UCII) F(ILIUS) INPEIRATOR DECREIVIT, UTEI QUEI HASTENSIUM SERVEI IN TURRI LASCUTANA HABITARENT, LIBEREI ESSENT; AGRUM OPPIDUMQU(E), QUOD EA TEMPESTATE POSEDISENT, ITEM POSSIDERE HABEREQUE IOUSIT, DUM POPLUS SENATUSQUE ROMANUS VELLET. ACT(UM) IN CASTREIS A(NTE) D(IEM) XII K(ALENDAS) FEBR(UARIAS)
Y su traducción: LUCIO EMILIO, HIJO DE LUCIO, IMPERATOR, DECRETÓ QUE LOS SIERVOS DE LOS HASTENSES QUE HABITABAN EN LA TORRE LASCUTANA, FUESEN LIBRES. ORDENÓ QUE TUVIERAN LA POSESIÓN Y CONSERVARAN LOS CAMPOS Y EL NÚCLEO URBANO QUE HUBIERAN POSEÍDO HASTA ESE MOMENTO, MIENTRAS QUISIERAN EL PUEBLO Y EL SENADO ROMANO. DADO EN EL CAMPAMENTO EL DOCE ANTES DE LAS KALENDAS DE FEBRERO (= 19 DE ENERO).
Lucio Emilio Paulo, miembro de una prestigiosa familia romana, fue "praetor" de la Hispania Ulterior entre 191 y 189 a. C.
Por último, LASCVTA es conocido por sus monedas; En sus orígenes libio-fenicios "Lascut" constituyó su propia ceca acuñando algunas emisiones de bronce o
cobre, en fecha indeterminada, posiblemente entre los siglos II y I a.C,
manteniendo la iconografía púnica, con palmas, espigas, elefantes, etc., y
representando a Melkart, que fue una divinidad fenicia de la ciudad de Tiro,
a la que estuvo consagrado en un principio el templo de Heracles en la antigua
ciudad de Cádiz. Además, en las monedas podemos encontrar leyendas
bilingües (lskw´t / LASCVT). Dentro de su escasez se han podido encontrar
ejemplares de estas monedas en Jerez, San José del Valle, Villaluenga o la
provincia de Sevilla, lo que denota actividad comercial con la zona del bajo
Guadalquivir.
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