La Romanización en CASTELLAR DE LA FRONTERA: Vestigios de una Historia Milenaria

19.08.2024

Con la ocupación romana de la Bética en el siglo II a.C., se inició un proceso de romanización que transformó profundamente el territorio. El término que hoy comprende CASTELLAR DE LA FRONTERA no fue una excepción; su paisaje está lleno de evidencias arqueológicas que nos hablan de la intensa actividad que tuvo lugar durante la época romana. Entre los restos más destacados, encontramos "villae", alfares, fortificaciones y asentamientos que revelan una próspera vida económica y social bajo el dominio de Roma.

Villa-Fortaleza de Castellar de la Frontera
Villa-Fortaleza de Castellar de la Frontera

Uno de los vestigios más emblemáticos es la Villa-Fortaleza de CASTELLAR DE LA FRONTERA, erigida sobre un antiguo "castellum "romano. Situada estratégicamente a 248 metros sobre el nivel del mar, esta fortificación permitía la vigilancia y protección del territorio circundante. La elección de este promontorio rocoso no fue casual; los romanos reconocieron la importancia de controlar los puntos altos para asegurar sus dominios, una característica que fue aprovechada por sucesivas civilizaciones a lo largo de los siglos.

Hotel Casa Convento La Almoraima
Hotel Casa Convento La Almoraima

Otro testimonio de la presencia romana en la zona es el Palacio de la Almoraima. Mencionado por el historiador Romero de Torres, en este emplazamiento se hallaron un pedestal y mármol blanco con inscripciones romanas. Aunque algunos de estos objetos se han perdido con el tiempo, como el pedestal de piedra encontrado en 1671, su descubrimiento nos proporciona un valioso vínculo con el pasado.

Calzada romana Dehesa Boyal
Calzada romana Dehesa Boyal

Además de estos asentamientos, la red de comunicaciones romanas dejó una huella duradera en CASTELLAR DE LA FRONTERA. La calzada romana Dehesa Boyal es un ejemplo de la infraestructura vial que conectaba las diversas partes del imperio. Estas calzadas no solo facilitaban el movimiento de tropas y mercancías, sino que también contaban con mansiones, puntos de descanso y abastecimiento para los viajeros. Estas mansiones, situadas a intervalos regulares de 20 a 25 millas romanas (unos 35 km), podían convertirse en pequeños núcleos urbanos, el germen de algunas de las actuales poblaciones.

En conjunto, estos vestigios arqueológicos nos permiten vislumbrar la importancia estratégica y económica que tuvo CASTELLAR DE LA FRONTERA durante la dominación romana. El proceso de romanización no solo transformó la cultura y la economía local, sino que dejó una marca indeleble en el paisaje, testimonio de una era de gran esplendor y actividad en la región.
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